15 diciembre 2008

Querido niño dios
El ejercicio que nunca hice

De lejos me caes mejor que papá noel, queria decirtelo, porque eres un niño, no un viejo mañoso de los que desconfio.

Nunca me dijeron que había que escribirte, lo descubrí cuando ya nada tenía sentido, tal vez por eso nunca me llegó lo que pedía. Entonces empiezo hoy con solicitudes, espero, no sean tan dificiles de cumplir,regalos que a este punto, quiero creer, me vas a dar.

Quiero estar llena, de qué? no se, llename de motivos, de razones, de confetis, pero llename que no aguanto este vacio.

Quiero parar cuando la mente lo solicite.

Quiero parar cuando el cuerpo lo solicite.

Quiero parar, pero jamás perder el impulso.

Quiero leer más de lo que he leído.

Quiero tiempo, o hacer que el que tengo me alcancé para ver a mi hijo.

Quiero ollas, muchas ollas, quiero ver si cocino.

Quiero ganas, las ganas que se me fueron, las quiero de vuelta.

Quiero fuerza, mucha fuerza, para levantar una mesa de billar.

Quiero seguridad, de hecho podrias llenarme de eso.

Quiero voluntad, disciplina, cosas que nunca he tenido.

Quiero una cama caliente, o por lo menos que esta fria ciudad termine siendo calida.

Quiero ser yo con libertad, no esta que me he inventado, llena de ataduras.

Quiero zapatos, mucho zapatos, no se porque, tendrá que ver con la condición de mujer que a bien me ha dado tu padre.

Quiero plata, obvio, tenía que agotar ese cartucho.

Quiero actitud, maldita sea si se me ha mermado.

Quiero recuperar lo que selectivamente siento que he perdido.

Quiero que me des todo lo que quiero, porque he sido niña buena.

Obvio, también quiero un carro, la cirugia, el viaje, pagar la casa, pero fresco, con todo eso he podido.

11 diciembre 2008

Margaritas, bien florecitas

Aquí siempre hay papel blanco, siempre Word me abastece mientras hay que esperar horas para que le quiten los candados y la recarguen, hay ladrones de papel.

Me dijo que le gustaba como escribía cuando estaba mal, estoy mal y créame no escribo bien, escribo llevada, como si tuviera fuelles en las manos, no las controlo,no se lo que digo, no me importa.

La comparación era entre ¿la película Arráncame la vida y es libro que me estoy leyendo hace ya casi dos meses? ¿la película Arráncame la vida y la vida real? La constante es la película, supongo que por lo ceñida a la novela, por primera vez me pasa, reemplazar mis imágenes con las de otro está bien, por supuesto, esperaba lo mismo de El amor en los tiempos del cólera, sin excusas por sentirme florecita mientras escribo eso.


¿Por qué esa película, por qué no los falsificadores que me pareció “buena”? Pues porque las historias rosa bien contadas son lo mío, porque no puede haber un invento más universal que ese del amor.

Película bien lograda, es decir, hecha con cuidado, bla bla, normal. El logro no está ahí, esa historia es la historia de todos los días, la que escucho mientras me fumo cada uno de los cinco cigarrillos del día, esa de es un desgraciado “pero como me gusta que sea así”, esa dónde uno se inventa micro bombas para sabotearlos, nunca para matarlos, porque obvio “¿qué haría yo sin él?”, dónde hay amantes, de mentira, de verdad, mientas el otro se hace el de las gafas y uno se hace el ciego, dónde las mujeres eran como eran y siguen siendo como son, así, mujeres, y me parece fantástico (en el sentido literal de la palabra) lograr que una mujer se vea así, tan mujer, porque no es la historia de Andrés Ascencio, sin duda, no es la historia del hombre que finalmente terminamos contando todas, no, es la historia de la nena, la que es así, pisa pasito aunque parezca pies de plomo.

Cabe anotar que leí el libro a los 13 años, cuándo preguntas como “¿eso me cabe?” no eran muy claras para mi. Lo he prestado, regalado, adquirido, unas 10 veces, porque a través de los años adquiere nuevos sentidos, como todo, depende de todo, pero sigue siendo tan básico, como una camiseta blanca. Así, simple como un vaso de babas.


En otras me dicen, vaya escriba, no quiero, no quiero ahora, no quiero en un tiempo, ahora solo me provoca regalarme margaritas.