11 enero 2009

No se de política.

El titulo dice “periodista”, pero ojo, no se de política.


Nunca he podido entenderla, sus vericuetos me asombran. No se de política, ni de la local, ni de la regional, ni de la nacional, ni para que preguntar por la internacional.


He trabajado con políticos (vamos a ver que significa ese termino, obvio las primeras definiciones tienen que ver con lo público) he comido gracias a políticos, he sido puente para hacer proselitismo, pero jamás lo he hecho; ese es mi corta visión, mi sublime ignorancia al respecto.


Mi abuela a sus 88 años, desplazada de un pueblo del Tolima, primero por se liberal, luego por no ser guerrillera ni darle le comer a la tropa y luego por ser una mujer sola con una importante cantidad de hijos; enterada de que sus padres eran comunistas y su marido “un desgraciado liberal”, pregunta desde su único pedacito de tierra en Bogotá “Pero quién es el Gobierno, qué fue lo que hizo que lo odian tanto?” y se ríe, abuela, me pregunto lo mismo.


Y si todo es política, verdad absoluta que de entrada me parece absurda (aquí es donde los letrados salen a la defensa en corceles), entonces no se nada de lo que soy, o si, supongo que tengo el derrotero de mi política que no entiendo muy bien, de ahí lo confundida. Que alguien me ilumine.



Hablo de la política como la señora que esta polemizando el tema del almuerzo con la vecina, por eso mucho de ese ejercicio político, digamos público mío, es ir a votar, porque sencillamente vivo en una sociedad, que tiene sistemas en los que me interesa participar desde mi bien nutrida inconciencia a cerca del tema.


Así como entonces armada con mi analfabetismo político llegué a las urnas de votación a elegir alcalde, y mientras para muchos era claro, o era importante, para mí sólo fue en blanco.


Entonces la nigromancia tendría efecto sobre las elecciones y quedaría el que los ciudadanos responsables y versados en tema tuvieran a bien escoger, es así como el alcalde llega al poder.


Yo no se como es ser político, como es ser funcionario público, o ninguna muestra de entrega al pueblo, a la ciudadanía, a ustedes queridos votantes. Lo poco que conozco tiene que ver con la responsabilidad que se asume al emprender cualquier tarea, esa si la conozco.


Es así como el acierto de ese programa de radio “Aqui todo fue que fue que” “fue que aquel hizo, fue que el otro dijo, fue que yo, pobre de mi no sabía”, me agobia.


De entrada otra verdad absoluta: uno siempre sabe. Entonces si quiero ser responsable de mis actos (la palabra responsabilidad en mi loco oscurantismo, significa algo más que pararse ahí a ver como salgo bien librado de esta) SOY y me declaro dueño absoluto de las responsabilidades que he querido asumir a riesgo y cuenta.


No se nada de política, quisiera saberlo, lo único que se es que hay que ser responsable.




Adición por comentario complementario.