26 septiembre 2006

El amigo amarillo de Isaac


Pesa diez quilos, mide 73 centímetros y le gusta desayunar con banano, en nueve meses, digamos dieciocho, me ha hecho más mujer que los 23 años que tengo encima… ya no es como te digo ¿como sería mi vida sin ti? No, no hay vida sin él… Su padre le dice gordillo, para mi es titi, su nombre es Isaac…



Mi felicidad era en la medida de lo posible, pero ahora se ha visto empañada por la llegada de su primer amigo, cuando está con él no voltea ni para pedirme comida… cuando reclamo afecto voltea, me mira y dice algo como titi titi tititititi y sigue con su vendito amigo… lo peor es que yo los presenté…

No quiero que sigas comiéndote todo lo que te ves, le dije, acto seguido puse en su manita lo que para mi no tenía ningún valor particular y que para él se ha convertido en compañero fiel, fue un acto inocente de mi parte, sin pensar lo que se venía encima, maldigo aquel día, desde entonces Isaac nunca ha sido el mismo…

Tenía características comunes, amarillo, de plástico y estaba por ahí sólo y vacío, pensé que lo miraría, mordería y dejaría a un lado, no…. Se ríe de él, pelea con el, lo deja a un lado, vuelve a buscarlo, me lo señala cuando esta en lugares inalcanzables, come, esta con él, gatea, esta con él, le pega a sus amigos humanos con él… da sus primeros pasos con él…ha llegado al punto de dormir abrazado a él…



Una amiga me dice “quien sabe que carencia esta supliendo con ese amigo” le digo “no se” luego me pregunto ¿seré culpable? Me respondo no, al fin y al cabo tener un amigo no le hace daño a nadie, menos cuando es un tarro amarillo…

2 Opinaron:

José Luis Peñarredonda dijo...

jajaja... qué carencia ni qué nada... es un bebé, y disfruta las cosas más absolutamente sencillas de la vida, como su tarro amarillo

Tanger Soto dijo...

me adhiero