Un vicio más... en mi vida

Bueno en principio esto de escribir acá era escribir por escribir, pero reflexionando (vaya uno a saber que termina haciendo cuando tiene mucho tiempo libre) creo que la teoría de una profesora que tuve iniciando la universidad aplica en el caso de este posteo (el verbo existe?) en el blog.

Mi querida maestra nos decía, cuando se empieza a escribir, digamos, par aun periódico, y digamos que ese periódico es de poco “tiraje” (termino técnico para decir que no lo lee sino la mamá de uno) pues uno cree que nadie lo lee, dice bueno, qué más da? Al diablo con la ética del periodista (si existe) y pues se escribe cualquier cosa, pero ¡oh sorpresa! De pronto empiezan a llegar quejas a la redacción, y es entonces cuando nos sale la frase del archivo en la oficina del agente Mulder “We’re not alone” o algo así, en fin lo impórtate es que teniendo esto en cuenta se puede inferir que desde el día que la profesora nos dijo eso, digamos hace unos 6 años, pues me quede pensando y ahora me doy cuenta de que no escribo por escribir, supongo que desde que tengo esa información se que alguien me lee…entonces pues, en ese animo de escribir por escribir para que alguien me lea y diga “que pendejada” o “que pendejada TAN GRANDE” escribiré una de las que podrían ser catalogadas pendejadas, que me aqueja hoy…

Hola, mi nombre es Tánger Soto y soy adicta al maíz pira ( todo el público responde, hola Tánger) Todas las mañanas me hago una promesa a mi misma “ sólo por hoy no comeré maíz…

En mi tierna pre pubertad, (ojo al termino: pre pubertad, en mi época uno era adolescente y ya) bueno a eso de los 13 años empezó la mayor adicción que he tenido en mi vida ( y para los que me conocen, no es fumar) y es la adicción al maíz pira, palomitas, pop corn o como quieran llamarlo.

Muchos dirán, pero bueno, eso es normal, a todo el mundo le gustan, por algo las venden en los cines no? Pues no se si sea normal comerse una libra de maíz pira cada cinco días, es normal? O en su defecto 10 paquetes de pop corn (eso dice en el empaque) para microondas en una semana, no se si sea normal pero esta es mi realidad…

Todos los días desde aquella edad tierna de la que les habló me como un bote, como de maíz pira con mantequilla, en las noches, preferiblemente después de las 9, y de pronto todos mis problemas desaparecen, que se murió mi tía, que estoy en embarazo, que tengo un hijo, que la regué en el trabajo, que me terminó, que lo dejé , que mi mejor amiga se acostó con el amor de mi vida, que me quedé sin trabajo, todos esos problemas desaparecen cuando tengo un bote de críspelas en la mano, durante esos digamos, treinta minutos en los que disfruto su sabor, todo se olvida…Además ojala me pidan, parezco leona en celo… mato y como del muerto si me llegan a pedir…

Entonces esto me lleva a preguntarme por qué este gusto particular del que disfruto todos y cada uno de los días de mi vida, a menos que este en un lugar dónde no halla maíz, difícil pero me ha sucedido y he sentido que voy a matar a alguien…

Esta pendejada me aqueja por lo más banal “estoy muy gorda” (que en mi mundo no es banal porque lo de ser gorda me afecta en la medida en que no puedo correr y me siento algo pesada al andar) es verdad que estoy subidita de kilos y claro todos mis allegados lo primero que dicen es, como no? Con esa manera de comer maíz, parece gallina, pero no, no parezco gallina, parezco vaca, entonces pues trato de dejarlo y ya…

Por ejemplo hoy escribo esto para evitar la tentación de ir a comer, y como no existen grupos para maizcoholicos o como quieran llamarse, no se si existen más de mi especie, pues ¿qué hacer? Esta es mi terapia…hablar del problema. Hablar del problema, hablar del problema…