09 septiembre 2006

Postre de notas / Mi testamento, el artículo que envió una amiga



Por Daniel Samper Pizano

Hace exactamente cuatro años, ante la inminencia de la desaparición de los terrícolas por culpa de algunos de sus líderes, me propuse legar, a modo de testamento, mis observaciones de más de medio siglo sobre la conmovedora y a veces insultante naturaleza humana. La agonía se ha prolongado durante algún tiempo más. Pero estas anotaciones siguen siendo lo más valioso que tengo para dejar a la posteridad.

Queridos descendientes y amigos:

* Los humanos estamos condenados a desaparecer. Por eso las compañías de seguros -que lo saben- no venden pólizas contra la extinción.

* No es lo mismo llegar que no haberse ido.

* ¿Qué puede esperarse del hombre, único animal que se introduce un dedo en la oreja y luego observa con disimulo lo que extrajo, como si pudiera hallar oro o plata?

* Alguien tiene que proponerlo: evitemos nuevas confusiones fonéticas entre junio y julio. Llamemos "juliano" a este último.

* Para solucionar problemas delicados con los computadores de última generación hacen falta tres cosas. Primero, prudencia. Segundo, paciencia. Tercero, un martillo grande.

* La vejez no es un ocaso; es peor: un acoso e, incluso, un acaso.

* No siempre la persistencia obtiene recompensa: por más películas de Donald que veamos, será difícil que un pato nos hable mal de su tío.

* A fuerza de aguantar vejámenes, la resignación ha dejado de ser una virtud conquistada para convertirse en eso que los informáticos llaman "estado por inacción" o "setting by default".

* Rápido no es el que llega antes de lo que corresponde, sino el que no llega después de lo que toca.

* Aceptémoslo: es posible decir todas las verdades a unos pocos todas las veces; es posible decir algunas verdades a todos algunas veces; pero no es posible decir todas las verdades a todos todas las veces.

* Dios sí existe. Pero no lo vemos porque se esconde: está avergonzadísimo de su obra.

* Si el sol es el mejor desinfectante, según afirman los defensores de la transparencia, ¿cómo explicar el melanoma?

* Las más inspiradoras de las musas son la décima y la undécima: Necesidad y Laboriosidad.

* Todo es relativo. A la hora de la cirugía, sigue siendo más aconsejable el mejor médico del mundo borracho que el más abstemio de los hombres ignorantes.

* No hay mal que dure cien años, cuerpo que lo resista ni EPS que lo costee.

* Algunos sienten que el Día del Señor los acomete una súbita sed de infinito. Normalmente se llama guayabo.

* Lo único peor que despertarse a las tres de la madrugada por una llamada telefónica es que no se oiga ninguna voz al otro lado de la línea. Solo la respiración de alguno.

* El hombre moderno ha sido reemplazado por un número. En el caso de los hombres rectos, un número entero.

* No me preocupa la deuda externa. Me angustia, en cambio, cómo retribuir a los acreedores de mi creciente deuda interna.

* Insultar con la sola mirada: he ahí un propósito que vale la pena ensayar.

* El hombre medieval tuvo que luchar contra las invasiones bárbaras, pero nunca contra un aeropuerto con letreros en japonés.

* No existen razas; existen estratos económicos y tontos que agrupan por colores.

* Todo es relativo: el invencible James Bond era un doble cero a la izquierda.

* Todo es relativo: el chaleco salvavidas no protege de las balas, pero el chaleco blindado ahoga al náufrago.

* Para escribir, hay que leer y leer y corregir, corregir y corregir.

* Bien vistas las cosas, el gran aporte colombiano a la civilización occidental ha sido señalar con la boca.